martes, 21 de agosto de 2012

Asuntos ofídicos.

Para la gente que habita en campo, una de las mayores preocupaciones y algo ante lo cual siempre deben estar alertas, es el posible encuentro con reptiles venenosos. En México, especialmente en la zona tropical, son frecuentes los casos de mordeduras de víbora, muchos de ellos con desenlace fatal. En ese caso, la especie responsable es con mayor frecuencia la nauyaca (Bothrops asper). En las zonas áridas del norte, por el contrario, la especie venenosa más frecuente es la víbora de cascabel o Crotalus, que en México cuenta con numerosas especies, distribuidas en varios tipos de vegetación. Según especialistas, 35 de las 40 especies de víboras de cascabel habitan en nuestro país, muchas de ellas endémicas. Una de las especies más comunes en la región noreste (Nuevo León y Tamaulipas) es la cascabel diamantada (Crotalus atrox), misma que es frecuente encontrar en las zonas de matorral espinoso. Cuando trabajé en Reynosa, una de las principales preocupaciones de la gente que trabajaba en obra perforando pozos de gas era precisamente toparse con alguna de ellas. En mi caso, fueron pocas las veces que me topé con estos bichos en campo. Esta, por ejemplo, era un ejemplar de unos 50 cm que estaba enroscada debajo de unos macollos de zacate. Uno de los chavos de la obra fue quien la vio. Era un día muy frío de diciembre, así que estaba aletargada y en reposo. Aun así, muy prudentemente le sacamos la vuelta, jeje. 

Conforme pasan los meses de frío, las víboras empiezan a salir de sus madrigueras y aprovechan la luz del sol para termorregularse. Al andar en monte cerrado, había que poner atención precisamente en aquellos puntos en los que incidiera la luz solar, porque era probable que ahí estuviese alguna víbora tomando sol, como fue el caso de este otro ejemplar. 

 Por el contrario, durante la temporada de calor, hay que poner especial atención debajo de los arbustos, que es donde las víboras se enroscan para resguardarse en las horas más calientes del día. Por el diseño y coloración de sus escamas es fácil no advertirlas, entre la hojarasca y el juego de luces y sombras. Ese fue el caso con este ejemplar, mismo que estuve a punto de pisar porque venía abriéndome paso entre la vegetación con el machete, pero sin ver hacia abajo. Fue un leve movimiento de la víbora lo que me hizo darme cuenta de que ahí estaba. Un animal bastante grande, como de 1.80 m, y por ende, con suficiente veneno para provocar un verdadero desmadre. No hice sino detenerme en seco, el pie a un metro de distancia, cuando mucho. Retrocedí y llamé a mi ayudante para que trajese una vara larga y retirar a la víbora, por seguridad de ambas partes. Mi ayudante insistía en matarla, lo cual por supuesto no permití. Con ayuda de la vara, ahuyentamos del sitio al animal. Al desenroscarse es cuando pudimos ver cuán larga y gruesa era (sin albur) y la vimos internarse en el monte, fuera de peligro (nosotros, no ella)
Y así como abundan las víboras venenosas, también hay serpientes no venenosas que gustan de comerse a sus primas. Una de ellas es la culebra negra (Coluber constrictor), una especie que, aunque no venenosa, también puede ser agresiva con el hombre. Siempre que se produce un encuentro entre una de estas culebras y una víbora de cascabel, se sabe que el resultado será favorable a la primera, especialmente por su inmunidad al veneno y su ataque fulminante, dando muerte por constricción, como lo hacen los pitones y anacondas. En este caso, fue una piel producto de una muda lo que encontramos a la entrada de una madriguera. El cuero estaba casi completo y tendría una longitud de 1.80 m, más o menos. Por cierto, olía terriblemente.

En fin, espero que estos encuentros se mantengan como poco frecuentes. Por seguridad de todos =P

4 comentarios:

AlexCerati dijo...

Yo solo he visto un par de serpientes. Una en San Miguel De Allende y otra en Texcoco. Creo que la de Texcoco pudo haber sido una cascabel como de 1.5 a 2m de largo, pero no estoy seguro porque huyó de mi.

Noé dijo...

Lo feo es que no siempre usan el cascabel para avisar que ahí están, jejeje.

Alex Monroy dijo...

:O Wow que padre y que suerte. ¿Qué fue de esa hermosa muda?

Noé dijo...

La dejamos en campo, mi estimado, olía muy feo =P