martes, 18 de septiembre de 2012

Catorceando.

Les dejo algunas imágenes que tomé este fin de semana en Real de Catorce. Fue un buen viaje y la compañía no pudo haber sido mejor. Esta es una vista del pueblo desde la habitación del hotel donde nos hospedamos.
El clima es bastante variable, de repente nublado y luego sale el sol y se vuelve a nublar. Eso sí, nunca se siente calor excesivo, por encontrarse en el altiplano.
Por su ubicación, las calles suben y bajan en todas direcciones, por lo que el recorrido puede implicar una buena condición física. Muchas construcciones no han sido restauradas y los nopales y agaves crecen entre sus muros. 
 
El panteón del pueblo tiene tumbas sumamente antiguas, muchas de las cuales ni siquiera son legibles ya. 
Hay un gran contraste entre la tranquilidad que se siente en estos lugares, a diferencia de la mayor actividad que se da en la llanura. 
 Aunque acá también se celebran las fiestas de rigor y con una algarabía inusitada.
No podía faltar el tradicional "Viva México".
 
Pese a los siglos de uso y abuso de la tierra, ésta aun se da la oportunidad de sorprender a los visitantes con paisajes fenomenales.

Y con vistas que uno podría no cansarse de contemplar en largo rato. Como esta vista desde lo alto del cerro El Quemado. 
Que es un importante sitio de peregrinación para la etnia huichol o wixárika. El lugar infunde respeto por la veneración que los peregrinos demuestran en sus ofrendas. 
La compañía, como mencioné, fue excelente. Un buen compañero de viaje. 

Me gustó tanto esta visita que, la verdad, no quería regresar. Pero sabiendo la cercanía a Linares, puede ser motivo para un viaje posterior. De eso no hay duda.  

2 comentarios:

Champy dijo...

A cuánto te queda de Linares?

2046

Noé dijo...

Son como 5 horas en autobús. En coche puedes hacer hasta 3, depende de cómo vayas.