Obras de contención hechas con troncos quemados cubren una ladera del cerro El Potosí, en el municipio de Galeana, Nuevo León, para evitar la erosión. Con casi 3800 msnm, esta es la cima más alta del norte del país, y uno de los pocos sitios donde es posible encontrar Pinus culminicola, una rara especie de pino enano que sólo crece en altitudes superiores a los 3,500 metros. Después de los incendios forestales de 1998. gran parte del cerro quedó con diferentes grados de afectación, y la regeneración de la vegetación natural ha sido lenta e intermitente. La constante presencia del ganado bovino es un factor limitante para el adecuado crecimiento de las plántulas de diversas especies de pinos y encinos que aquí solían crecer. La cima del cerro contiene un ambiente único: la pradera subalpina, un tipo de ecosistema de distribución muy restringida en nuestro país y, por ende, muy vulnerable. Las actividades de construcción de infraestructura para el control del tráfico aéreo ha reducido en buena parte la superficie ocupada por este ecosistema. Menos evidente, pero igualmente significativo es el efecto que el cambio climático está teniendo sobre la distribución de plantas y animales adaptados a las bajas temperaturas de las altas elevaciones, obligándolos a restringir cada vez más su patrón de actividades a las partes más altas.
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