lunes, 30 de julio de 2012

Iván el Terrible

He aquí una serie de fotogramas de la película homónima de Sergei Eisenstein, basada en el personaje histórico. 









viernes, 27 de julio de 2012

¡Por Tutatis!



"Es el año 50 a.C. Toda la Galia ha sido ocupada por los romanos ¿Toda? ¡No! Una pequeña aldea de irreductibles galos resiste todavía al invasor..."
Así comienza cada libro de Astérix, la historieta cómica creada por René Goscinny (guionista) y Albert Uderzo (guionista y dibujante). Empecé a leerla cuando estaba en secundaria. Eran vacaciones de verano y cerca de donde trabajaba mi papá estaba la biblioteca pública. En alguna ocasión entré a la sala infantil y me llamó la atención la portada de uno de los libros. Y a partir de ahí, esas vacaciones ya no fueron aburridas. 
El oficio de Obélix es fabricar menhires, para lo cual tiene su propia cantera.

En cada libro, hay una aventura diferente en la que Astérix y su inseparable y gordo amigo Obélix pasan por muy disparatadas situaciones, la mayoría de las veces combatiendo a los romanos que intentan ocupar la aldea. El secreto por el cual han resistido largo tiempo la invasión romana reside en la fuerza sobrehumana que adquieren al tomar la poción mágica que prepara Panorámix, el druida de la aldea (la cual lleva ingredientes tan disímiles como muérdago, langostas, petróleo y zumo de remolacha). 
El druida Panorámix

Muchos otros personajes son incluidos en las historias, como el jefe de la aldea, Abraracurcix, cuyo mayor temor es que un día el cielo se desplome sobre sus cabezas y que es llamado cariñosamente "cerdito mío" por su esposa Karabella. O Asurancetúrix, el bardo, quien opina que la aldea no merece un talento de su tamaño y quien siempre que intenta cantar es golpeado por los aldeanos (eso habla de cuán terrible es su "arte"), en especial por Esautomátix, un herrero bigotón de muy pocas pulgas quien también suele discutir y llegar a los golpes con Ordenalfabetix, el vendedor de pescado que, aunque vive frente al mar, prefiere traer el pescado desde lejos en carreta, lo que ocasiona que siempre llegue en mal estado. También están Edadepiédrix, quien es el más viejo de la aldea, e Ideáfix, la mascota de Obélix, un perrito ecologista que llora cada vez que derriban un arbol. 
El jefe Abraracúrcix, quien siempre es llevado sobre su escudo por dos cargadores.

Karabella, la "dulce" esposa del jefe.

Asurancetúrix, el bardo.

Esautomátix a punto de decirle "gentilmente" a Asurancetúrix  que guarde silencio.

No hay nada que haga enojar más a Ordenalfabétix que el hecho de que pongan en duda la frescura del pescado que vende. 

Ideáfix, la mascota ecologista de Obélix. 

Otros tantos personajes históricos son caricaturizados de manera recurrente o esporádica en las historietas: Julio César, Cleopatra, Winston Churchill, los Beatles, Schwarzenegger...Otro de los detalles chistosos de la historieta es el uso de juegos de palabras para los nombres de los personajes. Aunque en Francia (el país de origen de la historieta) y en Europa en general el personaje tuvo gran éxito, no sucedió lo mismo en E.U. y el resto del mundo, donde otras tiras han alcanzado mayor popularidad. Esto no le resta mérito alguno, por supuesto. 

Julio César, el principal villano de las historietas de Astérix.
Fueron 24 libros editados por la colaboración Goscinny-Uderzo. A la muerte de Goscinny en 1980, le tocó a Uderzo no sólo dibujar, sino también elaborar el guión de las historietas. Junto con su equipo de colaboradores, ha logrado sacar 10 libros más, el más reciente en 2009, conmemorando los 50 años del personaje. Se han hecho también películas de animación y películas con actores reales, siendo Christian Clavier y Gerard Depardieu los encargados de interpretar a Astérix y Obélix, respectivamente. Roberto Benigni, Alain Delon, Laetitia Casta, Monica Belluci, Elsa Pataki y hasta Zinedine Zidane han tenido participación en las películas derivadas del cómic. 
Creo que, en tanto existan lectores que gocen de los gags visuales así como del ingenio de sus argumentos, esta tira cómica permanecerá vigente. 



martes, 24 de julio de 2012

La loquita.

Ahí estaba. Sentada en una de las mesas de la biblioteca. Era la primera vez que la veía, a pesar de ir con frecuencia a ese recinto. No recordaba haberla visto antes, pero llamó mi atención.  Su aspecto era desaliñado, aunque nada habría podido hacer pensar en el hecho de que padecía de sus facultades mentales. Estaba absorta en su labor, eso sí, muy emocionada a juzgar por su semblante. Con hábiles movimientos enhebraba una aguja e iba ensartando cuentas de colores una por una hasta formar un collar de bisutería que, una vez terminado, levantaba orgullosa para mirarlo a contraluz y después probar cómo se vería en su cuello. De su bolso sacaba rollos de alambre, tijeras, más cuentas de colores, bolsas de plástico y un sinfín de chucherías que colocaba sobre la mesa con cierta parsimonia, pese a su evidente emoción. Miraba una y otra vez sus creaciones puestas sobre la mesa, murmuraba cosas inaudibles mientras sonreía y se daba a la tarea de seguir ensartando cuentas de plástico en el hilo de la aguja. Ahora bien se hacía un anillo con un alambre en forma de O rodeado de, adivinaron, cuentas de colores. O sacaba semillas de alguna fruta (aun con restos de pulpa) y las prensaba entre dos piezas de plástico transparente, pasando sus manos sobre ellas una y otra vez. Hacía esto con un esmero y una devoción que ya muchos quisiéramos tener. Nuevamente sonreía al ver terminada alguna de sus creaciones y verla puesta sobre la mesa. No creo que se haya dado cuenta de que yo había interrumpido mi lectura y la observaba con detenimiento, intrigado y a la vez maravillado por su dedicación. Fue entonces cuando sacó de su bolso un enorme corazón hecho de alambre entretejido en 3D. Estaba inconcluso. Lo tomó en sus manos, lo miró detenidamente, como analizando de qué lado continuaría formándolo sin echarlo a perder. Se puso a trabajar en ello, aunque al parecer se cansó de esa labor, pese a haberle hecho un buen avance. Al igual que con las piezas anteriores, lo levantó orgullosa, mientras le colocaba un pedazo de hilo a manera de collar y se lo colocaba en el pecho para ver cómo le lucía. Acto seguido, sacó una libreta vieja, una pluma y una calculadora (quién sabe cómo la consiguió). Durante varios minutos, sólo se oía el constante beep beep de su calculadora digital mientras ella realizaba quién sabe qué clase de cuentas, hacía anotaciones, murmuraba para sí, se contaba los dedos y sonreía otra vez.  Imaginándose tal vez cuánto ganaría si vendía todo lo que había hecho. Al final, loca de atar no creo que haya estado, pero ya no pude quedarme más tiempo para averiguarlo. Tuve que retirarme de la biblioteca porque se me hacía tarde para una cita. Tomé mi mochila y me dirigí a la puerta. La loquita enhebraba otra aguja. Y fue la última vez que la vi. 

lunes, 23 de julio de 2012

Dore.

Esta ilustración de Gustave Dore para el poema épico "El paraíso perdido", de John Milton, produce cierta sensación de angustia, según yo. Representa a Satán, expulsado del cielo tras su rebelión. Refleja (según yo) la actitud de alguien que sabe que, aunque no hizo lo correcto, persiste en su idea. Se arrepiente, no porque le pese haber cometido el acto, sino porque teme a las consecuencias. O puede que ya las esté viviendo. Desolación es lo que agrega el entorno del grabado. Un paisaje desnudo, lúgubre. El movimiento de la falda de Satán sugiere la presencia de viento. Fuerte y helado. Al final, más que angustia, es la profunda soledad de quien se aventura a rebelarse ante el status quo. Según yo. 

viernes, 20 de julio de 2012

Quiero escribir pero...

No se me ocurre nada. Y tampoco es que me haya pasado algo excepcional en los últimos días. Necesito salir de mi zona de confort y encontrar algo que me sea un desafío. Por lo pronto, el plan es presentar en agosto el examen de titulación de la maestría. Estoy colaborando (puede decirse) en un proyecto de un doctor de la facultad para una reserva ecológica en Coahuila. Y la expectación de lo que pueda pasar es lo que me emociona. Me robaron mis cámaras, así que me siento minusválido y tengo que esperar un tiempo para poder tener el dinero para comprar otra. Y así, en general. Creo que haré algo innovador, como cultivar peyote orgánico, o marihuana que no huela, jajaja. No veo esto como un estancamiento, o bueno, no lo quiero ver así. Es más bien una pausa, que no deseo que se prolongue demasiado. 

martes, 10 de julio de 2012

Cynomys

Como parte del paisaje en los pastizales del norte y noreste del país, antes era común observar los montículos de tierra producto de las excavaciones hechas por los perritos de las praderas, roedores sociales que poblaban estas zonas.




Con una estructura social compleja, sus colonias además tienen una función importante dentro del ecosistema, ya que se encargan de mantener baja la vegetación de pastizal e impiden la proliferación de especies arbóreas. Además, son agentes dispersores de semillas de muchas plantas nativas del pastizal, y con sus excavaciones contribuyen a la aireación del suelo. De igual forma, sus madrigueras sirven de refugio para otras especies y existe toda una comunidad de animales desarrollando su ciclo de vida en las praderas creadas por los perritos, desde reptiles hasta aves y otros mamíferos.


Se les llama "perritos" por el llamado que emiten cuando dan una alarma, semejante a un ladrido. Forman grupos sociales numerosos, los cuales constituyen una colonia, y al conjunto de éstas en una misma área geográfica se le denomina "ciudad". Se cita el ejemplo de una "ciudad" en Texas que, en el siglo XIX, abarcó más de 60 mil km2 y tenía 400 millones de individuos. Este dato, sin embargo, no está confirmado, y a la fecha, la mayor ciudad de perritos de la pradera en Norteamérica se ubica en Janos, Chihuahua y tiene cerca de un millón de individuos. 


En México se reconocen dos especies: Cynomys mexicanus, endémico de la región noreste del país, específicamente Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí, y Cynomys ludovicianus, o perrito de las praderas de cola negra, que habita en los pastizales de Janos,  Chihuahua y en parte de Sonora. En ambos casos, las poblaciones disminuyeron drásticamente en décadas pasadas por las campañas de exterminio por parte de ganaderos y agricultores de la región, al considerarlos plaga y transmisores de enfermedades. En el caso de Cynomys mexicanus, el problema deriva de la utilización de tierras donde habita naturalmente esta especie para el cultivo de papa y alfalfa, sobre todo en el sur de Nuevo León.