2010, IBY

La ONU ha declarado este 2010 como el Año Internacional de la Biodiversidad. ¿Y eso qué? Bueno, se trata de informar a la población, lanzar iniciativas y tomar acciones concretas para preservar la diversidad biológica en diversas regiones del planeta. ¡Hurra! Ehm...un momento, pero ¿qué es biodiversidad?

Fácil, la biodiversidad no es otra cosa que la cantidad y variedad de especies animales y vegetales que están presentes en una región determinada. Este parámetro puede considerarse a una escala local, regional, nacional y hasta global. Hasta que se demuestre lo contrario, tenemos el único planeta capaz de sustentar formas de vida, como dijo Darwin "en sus múltiples y maravillosas formas". Y el problema es que estamos perdiendo muchísimas de esas formas de vida a un ritmo aceleradísimo. La demanda de recursos energéticos, espacio habitable, tierras de cultivo y sitios para el destino de desechos es cada vez mayor, y esa creciente demanda implica desafortunadamente que la naturaleza lleve la peor parte.

Nuestro país es privilegiado. Eso es tan conocido por todos que ya hasta constituye un lugar común. Debido a su ubicación geográfica y a su variada topografía, México se cuenta entre los 12 países con mayor diversidad biológica en el mundo. En territorio nacional se ven representados casi todos los ecosistemas existentes, desde las selvas tropicales hasta los desiertos y el ambiente polar de alta montaña. Y tenemos entre el 10 y 12% de todas las especies de flora y fauna del planeta. Si a esto le añadimos la diversidad paisajística y cultural, podemos concluir que México es, sin duda, una maravilla natural.

Ahora bien, la presión que estamos ejerciendo sobre estos recursos, mediante la transformación de ecosistemas, la contaminación y la sobreexplotación ha provocado una drástica disminución de esa riqueza de la que tanto se habla. Tabasco, por poner un ejemplo, perdió el 98% de su cobertura forestal en un lapso de 50 años. Se han extinguido especies como el oso grizzly, el pájaro carpintero imperial, el lobo mexicano, el cóndor californiano. Y por la misma vía van especies tan emblemáticas como el águila real (el símbolo nacional), el águila harpía, el jaguar, la vaquita marina, la guacamaya roja, el tapir e infinidad de especies de orquídeas y cactus.

El punto es que, si bien, hay autoridades encargadas de resguardar parte de la riqueza de especies de nuestro país, cada uno de nosotros podemos colaborar en ello. Mediante uno uso más racional de los recursos que tenemos a nuestra disposición. Informándonos, concientizándonos, cambiando nuestra forma de pensar al respecto. Es cierto que hay muchísimas prioridades en nuestras vidas y que consideremos que el ocuparnos en el cuidado del ambiente es pérdida de tiempo. Pero si entendemos la repercusión de la problemática que se está viviendo, estoy seguro que más de uno cambiaría su actitud. En fin, que espero que esta iniciativa internacional tenga eco y no se quede simplemente en puro blah blah blah. Estaré al tanto de lo que suceda.