viernes, 1 de mayo de 2009

De las aves del terror (o Piolín con problemas de control de ira)


No sé, desde el día de ayer mi casi adormilada mentecita me trajo la frase "aves del terror...aves del terror". Por lo cual, y ante la inactividad que estoy teniendo en este momento, me dispuse a buscar en Google sobre las susodichas aves. Aunque el propósito del blog es principalmente describir los lugares que he visitado, creo también que puedo dar la nota nerd. No en balde desde la primaria todo ese rollo de la paleontología y la arqueología me latió cañón (de niño decía que, si no era biólogo, sería arqueólogo o "busca-huesos", nomás x la aventura). Pero bueno ¡¡¡qué diablos, amigos!!! Vayamos al grano (no a los míos, que ya tengo varios :p)
Resulta que las mencionadas aves del terror fueron pajarracos de gran tamaño que vivieron durante el periodo Cenozoico en Sudamérica, para ser exactos entre 60 y 2.5 millones de años atrás. El término "aves del terror" en realidad hace referencia a diferentes especies que estuvieron cercanamente emparentadas, todas pertenecientes a la familia Phorusrhaciade (¡salud! gracias), cuyo tamaño oscilaba entre 1 m (las más pequeñas) hasta los 3 m (tamaño "no-te-metas-con-mi-cucu"). Al igual que los avestruces de hoy en día, perdieron su capacidad de volar, al grado que las alas se les atrofiaron y su función primordial era ayudar a derribar las presas de las cuales se alimentaban (menú de hoy: caballo prehistórico, roedores y reptiles).


No está de más decir que, dada la ausencia de competidores en la cadena alimenticia, dichos pajaritos fueron los máximos depredadores de su tiempo. Para ello tenían el arsenal bien provisto: garras potentes, pico robusto y enorme y muy probablemente, la astucia inherente a muchos predadores. De todas las especies fósiles encontradas, la más representativa es Titanis walleri, la cual es la única especie que logró colonizar el lado norte del continente una vez que se estableció el istmo de Panamá (claro, no había aduanas ni influenza). Pese a su corpulencia, se especula que fueron animales muy ágiles (atrapar a un caballo no es cosa fácil). Sus fósiles se han encontrado principalmente en la Patagonia y otras regiones de Sudamérica, además de Florida y Texas. El fósil más grande encontrado hasta ahora tiene el cráneo del tamaño de la cabeza de un caballo, así que imagínense un picotazo de este animal (qué cotorro!! no??).

El surgimiento del istmo de Panamá marcó el inicio del declive de estas aves como depredadores máximos, dada la intrusión de mamíferos carnívoros más especializados, especialmente los tigres dientes de sable, por lo que sus poblaciones fueron mermando paulatinamente. Mis colegas científicos (o sea!! tipo y así!!) no se han puesto de acuerdo en cuanto al tiempo exacto de su total extinción, aunque muchos manejan que fue hace unos 2 millones de años atrás. Sin embargo, hay quienes afirman que duraron aun un poco más, y que se extinguieron en realidad hasta hace 10,000 años, cuando Homo sapiens ya retozaba alegremente por este lado del planeta y que su extinción se debió a presión ejercida por los mismos cazadores. La verdad habría sido interesante un encuentro entre ambas especies. Y de haber seguido existiendo estas aves ¿cómo serían entonces las cenas de Navidad? ¿y las peleas de gallos?. En fin, esto último ya es un malviaje. Y por si no ubican aun a estas aves, son los pajarracos malos bitchy-antropófagos de la película 10,000 a.C. (la cual ya es bastante mala, pero eso es tema de otra discusión).

P.D. Gracias http://www.es.wikipedia.org/!!! Vales mil!!! Otras fuentes: http://www.eluniverso.com/, http://www.paleofreak.blogalia.com/ http://www.pixfans.com/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy intereante; sin embargo tu comentario final respecto a AMLO lo arruinó TODO!!!!!!. Verdaderamente que PENA.

Noé dijo...

Anonimo:
Pues gracias por leer, y bueno, de esto se aprende: ensayo y error. Hasta pronto.