Les presento mi juego de Jenga en versión paleolítica. Está padre ¿no? A mi me relaja mucho. Acomodar las piedras una sobre otra, tratando de hallar la posición y el ángulo adecuados para que embonen bien y haya equilibrio entre cada una y que al final se produzca esta pequeña construcción. A veces me aburre el orden en que las voy poniendo, y cambio. La más chica debajo, la mayor en la parte de arriba. Esta aquí, esta otra por allá. Al final, el resultado es diferente. La pila de piedras adquiere una fisonomía distinta. Esa fisonomía puede durar o ser muy breve. Termino de poner la última piedra y resulta que todo se bambolea y se viene abajo. O, por el contrario, permanece estable...como en este caso. Ha estado así por días. Inmutable. ¿Firme? No lo sé. A veces basta un ligero disturbio para que ésta se balancee de nuevo y amenace con caer. Pero... a diferencia de ocasiones pasadas, pienso que en este caso permanece un poco más debido a que tiene una base amplia. Sin embargo, bastaría un leve empujón para que todo se venga abajo ¿por qué? Simplemente porque las partes, a pesar de estar en equilibrio, carecen de una fuerza que las haga estar unidas. No hay cohesión. No hay algo que las haga mantenerse unidas. Están juntas, pero son independientes una de la otra.
Pienso que la vida, nuestra vida, es semejante a esta estructura. Estamos formados por etapas, momentos, recuerdos, bagajes, sentimientos, información. Si a ello le agregamos esa chispa, ese "yo mismo", nuestra personalidad, obtenemos al individuo. Al ser humano. Todas las partes que componen nuestra vida están igual que estas piezas de piedra, en equilibrio constante. ¿Cómo hallar ese "neutro balance"?(sin hacer publicidad a los jabones =P). ¿Cuál es la base amplia sobre la que nos cimentamos y que evita que caigamos? Para algunos son sus principios, para otros su educación, para otros tantos su fe, para muchos más Dios (en la forma en como prefieran creer en Él y visualizarlo). Ahora bien, ya tenemos la base. ¿Cuál es, entonces, el factor que propicie la cohesión entre cada una de las fases de nuestra vida? ¿Seguirían siendo los mismos que enumeré anteriormente? ¿Se añadirían a la mezcla de la argamasa cosas como la congruencia, la honestidad, las aspiraciones, la compasión, la generosidad, la perseverancia? ¿O será acaso el amor? No lo sé. Somos tan semejantes, pero al mismo tiempo hay tantas disimilitudes, que generalizar sería una reverenda tontería. El punto es ¿con qué cimentamos nuestro Jenga? ¿cómo logramos el equilibrio entre las partes? ¿cómo evitamos caer cuando algo nos mueve el piso? Estoy seguro que en cada uno de nuestros casos particulares deben haber factores que nos han hecho funcionar. De otro modo, hace mucho que no estuviéramos aquí.
Cimentemos, y aun más, mantengamos esa cohesión entre todas las partes que constituyen nuestra vida. Por lo pronto, ya tengo nuevas piezas que añadir a la estructura. Veremos cómo queda. Estoy seguro que se verá genial.
A agua que baja cantando entre las piedras.
A enormes y añosos árboles.
A pasajes entre las rocas.
A materia en constante tránsito.
A frutos no conocidos.
A destellos de color. 
A profusión de formas, dimensiones y diseños.
A furtivos animales.











